Ole, ole y ole

Es 12 de septiembre, cuando pasen 110 días habrá terminado el año. En abril no pudo ser, Miguel Abellán se quedó a las puertas de convertirse en uno de los primeros toreros en pisar la arena del Congreso de los Diputados y todo porque el Partido Popular de Pablo Casado pinchó en hueso y no consiguió escaños suficientes para repartir. Pero que no se preocupe el respetable, el popular diestro puede dejarse la coleta larga porque ya no tendrá que ver los toros desde la barrea, Isabel Díaz Ayuso ha estado al quite y, templando con la mano derecha, haciendo un quiebro y poniéndose la Comunidad de Madrid por montera, le ha echado un capote para rematar la faena nombrándole director gerente del Centro de Asuntos Taurinos. Ole, ole y ole. Casado y Ayuso, en un mano a mano, han conseguido que Abellán al final, en lugar de salir, entre a hombros por la puerta grande con corbata y traje de luces, como exige el cargo, y con un sueldo de 75.000 euros anuales, y es que, como dijo el Cordobés padre, “más cornás da el hambre”. Hay que reconocer que la jugada es para pedir, de entrada, la oreja y el rabo y merece, por lo menos, ovación y vuelta al ruedo. Por cierto, cambiando de tercio, publica eldiario.es que Ayuso parece ser que entró al trapo en esto de la Púnica y, saltándose a la torera la supuesta regeneración política de su partido y evitando coger ese toro por los cuernos, escribió a un conseguidor de la trama para que tapase noticias sobre la corrupción del expresidente Ignacio González, el mismo que pretendió irse por “chicuelinas” pero al que alguien dio la puntilla y terminó para el arrastre yendo a la cárcel. ¡Qué querencia tiene esta gente de tirar p´al monte!, si no se les da un aviso, van a dejar el país, la “piel de toro”, hecha jirones.