Besos y más besos

Hoy es 6 de julio, faltan 178 días para que termine el año y ya han pasado 187 desde que comenzó. No es lo mismo dar un beso que robarlo y no es lo mismo robarlo que que te lo roben. Por eso, los británicos que, cierto es, no tienen fama de ser muy besucones, decidieron celebrar hoy el Día del Beso robado, diferenciándolo del Día Internacional del Beso, que se conmemora en primavera cuando la sangre se altera. Atención a lo que pasa cuando besamos con ganas: aumentan los niveles de dopamina, sustancia asociada al bienestar, y de testosterona, sustancia asociada al deseo sexual; se generan adrenalina y noradrenalina, que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardiaca; se segregan endorfinas, hormonas de la felicidad, y oxitocina, llamada la hormona del amor; y se activan nada más y nada menos que 34 músculos. Además, un beso dado con pasión desarrolla los pulmones, reduce la presión arterial y el colesterol en sangre, evita las caries, previene las arrugas y hasta adelgaza, dicen los expertos que con un beso diario de 3 minutos podemos perder hasta 3 kilos al año. Me imagino que si encima es robado se añade un plus de peligrosidad con consecuencias incalculables para nuestro cuerpo e incluso para nuestra integridad física. Pues nada, puestos a robar, desde luego, mejor que sea un beso.

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