El mal

Hoy es 2 de mayo, en apenas 244 días habrá terminado el año. Ayuso miente. Puede que gane las elecciones a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero miente y ella lo sabe. Y lo saben los suyos. Los datos y los hechos desmontan y contradicen todas y cada una de sus palabras, y ella lo sabe. Miente cuando habla de los números de la pandemia, miente cuando habla de las cifras económicas, de las vacunas y de su estrategia de vacunación, miente cuando habla de las residencias de mayores y de las ayudas a la hostelería. Miente cuando habla de responsabilidades y competencias sin asumir ni una de ellas, ni de las unas ni de las otras. Miente cuando habla de libertad. Miente cuando habla de Madrid. Miente cuando habla, cuando calla y cuando piensa. Miente con sus palabras, con sus silencios y con sus gestos. Miente a diestro y siniestro, a diestra y siniestra. Miente mañana, tarde y noche, de lunes a domingo, sea laborable, festivo o fiesta de guardar. Una parte importante de su electorado sabe que Ayuso miente pero no le importa porque comparte con ella intereses o desvergüenza y descaro. Otra gran parte ha caído en la trampa del populismo zafio y chabacano, del campechanismo grosero e ignorante, del individualismo deslenguando y canalla,  del patriotismo falso e indecente, del nacionalimo rancio y casposo, del madrileñismo impostado y provinciano y del trumpismo a la madrileña. Ahora bien, que su estrategia, perversamente diseñada y basada en la confrontación, la demagogia, la intoxicación, la manipulación, la insolencia, la agitación, la instigación y la mentira, funcione para ganar unas elecciones, no la convierte, ni de lejos, en una buena política, la convierte a ella en lo que es, una mala persona, y a la ciudadanía, democráticamente hablando, en una irresponsable, porque que no se nos olvide que los ciudadanos también estamos ogligados a defender y a proteger la democracia. Ya lo dibujó bien alto Forges: "Vamos hacia una sociedad, inculta, insolidaria e incompetente". Y ya lo dijo bien claro Einstein: "El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo".