Pidan lo imposible

Hoy el 2 de mayo, es el centésimo vigésimo tercer día del año y quedan 243 para que termine. Reconozco públicamente que yo no estuve, me pilló joven. Lo digo porque, hace unos años, si no habías estado allí, no eras nadie. Que si “la imaginación al poder”, que si “prohibido prohibir”, que si “pensar juntos, no. Empujar juntos, sí”, que si “decreto el estado de felicidad pemanente”, que si “la novedad es revolucionaria, la verdad también”, que si “sean realistas, pidan lo imposible"… Sí, hablo del Mayo del 68 francés. Hablo de jóvenes estudiantes que protestaban contra la ferocidad del sistema capitalista, a los que se unieron obreros, sindicatos, partidos de izquierda y hippyes, y que pusieron contra la cuerdas al gobierno de Charles De Gaulle. ¡Cómo pasa el tiempo, cuarenta y ocho años ya! Universitarios desencantados por un horizonte sin futuro laboral, trabajadores, unos sin trabajo y otros sin derechos, libertades recortadas… En fin, ya lo dijo Jean-Paul Sastre, “si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir”.