¡Grita!

Es 11 de junio. Dentro de 203 días terminará el año. Alarido, berrido, rugido, aullido, gruñido, bramido, chillido… Llámalo como quieras pero, ¿para qué sirve un grito? Para mucho. Dicen las personas expertas en gritos que es catártico, purificador y liberador. Dicen que elimina aquello que altera la mente y el equilibrio nervioso y lo que nos produce estrés y enojo. Dicen que aumenta nuestra energía, produce sensación de alivio y que tiene propiedades terapéuticas. Dicen que ayuda a disminuir enfermedades ya que impide que somaticemos emociones que pueden llegar a enquistarse. Dicen que inhibe la fatiga y el dolor. Dicen que ayuda a la concentración y que potencia la fuerza física. Dicen que nos hace sentir vivos y que nos relaja. Además es gratis. Eso sí, se recomienda un uso responsable y moderado del grito, por tu bien y el de tus cuerdas vocales y por el de los demás y el de sus oídos. Ya sabes, de vez en cuando, ¡grita!, pero bajito, sobre todo hoy que es domingo.