Ya está bien

Es 21 de febrero. Quedan 312 días para que finalice el año. Según parece hoy vuelven los fríos, las lluvias y los vientos. Sinceramente, no me apetece nada y pienso rebelarme. Se acabó, pienso ponerle mala cara al mal tiempo. Ya está bien. Es más, voy a quitarme el sayo aunque todavía no sea 40 de mayo. De hecho, voy a pedirle peras al olmo, voy a mirarle el diente a caballo regalado, voy a prestar oídos a las palabras necias, no voy a dejar correr el agua que no he de beber, voy a sembrar vientos sin recoger tempestades, voy a ser afortunada en amores a pesar de ser afortunada en el juego, no voy a cerrar la boca para que no me entren moscas, no voy a poner mis barbas a remojar cuando vea las del vecino pelar, voy a mojarme la barriga y eso que tengo 40 para arriba, no pienso decirte con quién ando para que me digas quién soy, ni que decir tiene que voy a dejar para mañana todo lo que pudiera hacer hoy y, por supuesto, pienso irme a la cama sin saber ni una cosa más.

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