El milagro

Hoy es 13 de enero, en apenas 352 días habrá terminado el año. Allá por finales del mes de noviembre y principios del de diciembre, algunos medios empezaron a hablar del "milagro Ayuso" porque los datos que ofrecía la Comunidad de Madrid respecto a la pandemia habían descendido considerablemente, lo que ponía sin duda de manifiesto el acierto de su modelo de gestión y de sus políticas ultraliberales. Ayuso se fue de gira por España, que es Madrid y por Madrid que es España, autoproclamándose vencedora absoluta y referente en la lucha contra el Covid-19.  Pero no era cierto, los contagios seguían ahí, ocultos y falseados por actualizaciones intencionadamente retrasadas, por una importante disminución de pruebas diagnósticas y por el maquillaje de los fallecimientos por coronavirus en las residencias de mayores. Y mientras, Ayuso y Almeida, Almeida y Ayuso nos animaban a salir a consumir, a tomar "cañitas", a mantener nuestras costumbres sociales y a salvar nuestras sacrosantas tradiciones, cuna de la civilización occidental. En definitiva, a sentirnos ciudadanos libres en la comunidad más libre del mundo. Nos lo merecíamos, nos lo habíamos ganado, éramos los mejores y teníamos las banderas más grandes de toda España. En fin, hoy dos meses después aquí estamos, con una incidencia acumalada de más de 600 casos por cada 100.000 habitantes, lo que nos coloca como la segunda comunidad con más contagios, con unos datos de fallecimientos disparados, con una presión hospitalaria insostenible, con un personal sanitario desbordado, con las UCI a punto de alcanzar su máxima capacidad, con unas medidas políticas que apuestan claramente por el negocio cortoplacista en detrimento de la economía y de la salud, con un nuevo hospital de pandemias que deriva a sus pacientes a los viejos hospitales de la red del Servicio Madrileño de Salud porque no tiene ni medios ni capacidad para tratar la pandemia y con la vacunación atascada por falta de personal, de planificación, de estrategia y de voluntad política. Vamos, que el llamado "milagro Ayuso", no nos engañemos y que no nos engañen, ni existió ni existe. El auténtico milagro es que, a pesar de Ayuso, de su acción y de su inacción, haya madrileños y madrileñas que aún sigamos con vida. Ese es el "milagro Ayuso".

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