Humana y perfecta

Hoy es 24 de marzo, en apenas 283 días habrá terminado el año. Está feo que yo lo diga, pero de mí dicen los astros que soy civilizada y diplomática, optimista y pacífica, afable y equilibrada, sociable e imparcial, seductora y romántica, con encanto, elegancia y buen gusto. Pero hoy no hemos venido aquí a hablar de mis múltiples virtudes sino más bien de mis pequeños defectos. Allá van, dicen que a veces soy un poco frívola, que mis ganas de disfrutar al máximo de la vida me llevan a cometer ciertos excesos y que soy extremadamente curiosa y sensible lo que hace que me afecte demasiado lo que la gente piensa o dice de mí. Sé que no es gran cosa pero son los confesables públicamente. A estas alturas, quien más, quien menos, se estará preguntado por qué cuento todo esto, pues porque, aprovechando que es el aniversario del nacimiento del dramaturgo y poeta Tirso de Molina, tenía que utilizar como fuera un pedazo de frase que dijo allá por el Barroco: "Que ya excediera de humano si en todo fuera perfecto". Humana y perfecta, en mi caso. Siento haber tenido que recurrir a hablar de mí para recordar sus magníficas palabras pero otro de mis defectillos es que me creo el ombligo del mundo.