La maldición

Hoy es 13 de octubre, en apenas 79 días habrá terminado el año. "La muerte golpeará con su miedo a aquel que turbe el reposo del faraón". Vamos, que toda persona que osaba alterar el sueño eterno de los antiguos reyes de Egipto estaba condenada a morir en poco tiempo. Pues ríete tú de la llamada "maldición de Tutankamón". Nada comparable con la ya conocida como la "maldición de la Convención". Primero fue Nicolás Sarkozy que, tras su paso por la reunión general del Partido Popular, fue condenado a un año de prisión con brazalete electrónico por la financiación ilegal de su campaña de 2012. Luego le tocó el turno a Vargas Llosa quien, al día siguiente de perder los papeles al asegurar que "lo importante no es que haya libertad, sino votar bien", se le encontró en otros papeles, los de Pandora, al figurar como titular de una sociedad en un paraíso fiscal. Y el último, de momento, ha sido el canciller austriaco, Sebastian Kurz, que intervino por videoconferencia con un mensaje de apoyo a Pablo Casado y a su "partido hermano" y a poco menos de una semana tuvo que dimitir por un escándalo de corrupción, un supuesto caso de malversación y soborno en el que habría usado fondos públicos para pagar a un diario encuestas que beneficiaban a su formación política, el PP austriaco. En fin, con semejantes referentes, lo que se convocó como acto de rearme ideológico del PP lleva camino de convertirse en su desarme ético y moral. ¿Quién será el siguiente o la siguiente víctima de esta imprecación? Veremos, porque ya lo dice el refrán: "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar". Ya sabes, Casado.