Mirar atrás
Hoy es 28 de
febrero, es el quincuagésimo noveno día del año y quedan 307 para que termine. No
siempre, pero a veces es bueno mirar atrás. Al menos eso debió pensar el ministro
de Fomento allá por el 1958 cuando ordenó que todos los vehículos motorizados
llevaran un espejo retrovisor. A pesar de que muchos conductores desconozcan o
ignoren su existencia, puede que pensemos que este artilugio viene desde
siempre con el coche, como las ruedas o el volante, pero no. Cuentan que fue a
un piloto que participaba en las 500 millas de Indianápolis en la primera
década del siglo XX a quien se le ocurrió la idea. Normalmente los coches de
carreras tenían dos plazas, una para el piloto y otra para el mecánico que
vigilaba a los que venían detrás. El auto con el que participaba en la
competición era demasiado estrecho para dos personas por lo que pidió permiso
para colocar un espejo que le permitiera ver a sus rivales en la pista. Se lo concedieron
y ganó. Lo dicho, que de vez en cuando conviene mirar hacia atrás aunque sólo
sea para vigilar a tus contrincantes, adversarios y perseguidores.
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