Como un animal

Es 4 de octubre. Dentro de 88 días terminará el año. Hoy tienes todo el derecho del mundo a ser más feliz que una perdiz o a buscarle tres pies al gato o a moverte como pez en el agua o a coger el toro por los cuernos o a entrar como un elefante en una cacharrería o a estar como una cabra o a ir más despacio que una tortuga o a ser más astuta que un lince o más terco que una mula o a tener la mosca detrás de oreja o a hacer el ganso o a ser la oveja negra de tu familia o a hablar como una cotorra o a que se te ponga la piel de gallina o a pagar el pato o a comer como un pajarito o a no ver tres en un burro o a llevarte como el perro y el gato o a que te den gato por liebre o a llevarte el gato al agua o a dejarte llevar como a un borrego o a repetir todo como un loro o a mirarle el diente a caballo regalado o a llorar con lágrimas de cocodrilo o a ser un lobo con piel de cordero o a preferir pájaro en mano que ciento volando o a pegarte como una lapa o ser un ratón de biblioteca o un pez gordo o a que alguien te salga rana o a meterte en la boca del lobo o a cortar el bacalao o a ser más pesado que una vaca en brazos o a tener un humor de perros o a dormir como un lirón o a tener pájaros en la cabeza y mariposas en el estómago… A todo eso y a mucho más, y ¿por qué?, pues porque hoy es el Día Mundial de los Animales, de todos los animales. ¡Ah!, que no se me olvide, felicidades a Rafael Hernando, portavoz parlamentario del Grupo Popular. Que nadie me malinterprete, es que quiero felicitarle porque con sus palabras afirmando que "algunos están deseando que haya muertos en Cataluña" ha demostrado, una vez más, que tiene la misma catadura moral que una sanguijuela y la misma talla política que una hiena. ¡Ah!, y, por supuesto, felicidades a las sanguijuelas y a las hienas.