El rascar y el reflexionar

Es 28 de mayo, cuando pasen 217 días habrá terminado el año. Por aquello de que, como dice el chotis, es el “pedazo de la España en que nací”, andaba yo pensando en Madrid y en lo importante que es que reflexionemos antes de votar pero también que lo hagamos después de haberlo hecho. Pues eso, que estaba yo dándole vueltas a lo que ha pasado en Madrid, Madrid, Madrid -puesto que, como dice el mismo chotis, “en México se piensa mucho en ti”, pero yo también- y me ha venido a la cabeza la película británica de ciencia ficción Código 46 en la que uno de sus protagonistas se preguntaba por qué hay tanto adulto mediocre si los hijos de todo el mundo son especiales. Y en esa misma línea de pensamiento he recordado a Pierre-Austin Caron de Beaumarchais, que dicho así puede que no os suene pero si os digo que es el autor de El barbero de Sevilla y de Las bodas de Fígaro seguro que sabéis de quién os hablo, que decía que “Con ser mediocre y saber arrastrarse se llega a cualquier parte”. Pues eso, que aquí sigo yo reflexionando y reflexionando porque, como dice el refrán, o casi, “el rascar y el reflexionar, todo es empezar”. Ya, y el comer también, no creáis que se me olvidaba.