Salud y Sanidad Pública

Hoy es 7 de abril, en apenas 269 días habrá terminado el año. Hoy celebramos el Día Mundial de la Salud y me reafirmo en lo que dije justo hace un año. Que la defensa de la Salud Pública es una obligación y una responsabilidad que tienen los estados, los gobiernos y la ciudadanía de protección de este derecho esencial, individual, colectivo y comunitario. Que esta defensa supone desenmascarar a quienes dicen abogar y amparar un Sistema Público eficiente y de calidad al tiempo que prometen la desaparación y bajada de impuestos; o a quienes evaden sus obligaciones reales con la Hacienda pública a través de paraísos fiscales o a quienes convierten comunidades autónomas en nirvanas tributarios de grandes fortunas. Que la Sanidad Pública hay que pagarla, que hay que dotarla de medios técnicos y humanos suficientes y de calidad. Que hay que invertir en ciencia y en investigación. Que hay que pagar, y pagar bien, al personal sanitario. Que ese mismo personal, en forma de Marea Blanca, fue insultado y despreciado cuando salieron a la calle para denunciar la desestabilización del sistema, las privatizaciones y los recortes llevados a cabo por los diferentes gobiernos de la derecha. Que hoy más que nunca es evidente que la Salud es una inversión, no es un gasto y nunca puede ser un negocio. Que la Salud ni se puede comprar ni podemos permitir que se venda. Y que en nuestras manos está elegir en las urnas a quienes tratan de desmantelar la Sanidad Pública, con tretas y artimañas, o a quienes apuestan por ella y la defienden. ¡Por nuestra salud!¡A nuestra salud!