Víctimas

Hoy es 11 de marzo, es el septuagésimo primer día del año y quedan 295 para que termine. Hace 12 años vivimos en Madrid una de las jornadas más duras, crueles y tristes de la historia de la democracia en nuestro país: la matanza terrorista de Atocha. Por desgracia, situaciones parecidas se repitieron más tarde en países vecinos: la masacre en el metro de Londres, la matanza en la sede de la revista Charlie-Hebdo en París, el tiroteo en la Sala Bataclan y los distintos atentados en las calles también en la capital francesa… Son momentos convulsos, de conmoción, en los que se agolpan los sentimientos: junto a la impotencia por las vidas perdidas y las vidas arruinadas, las ganas de luchar por la libertad y la paz; junto a la incredulidad por la barbarie, la esperanza de que somos más los que queremos un mundo mejor; junto al deseo de que se haga justicia, el miedo a que se criminalice a todo un pueblo y a todo un colectivo; junto al desprecio por la mentira intencionada, la necesidad de la verdad merecida; junto a la indignación que causa la inocencia de la víctima, el convencimiento de que no se puede luchar contra el terrorismo dejando nuevas víctimas inocentes en el camino; junto a la angustia del sufrimiento, la emoción de la solidaridad; frente a la flaqueza del fanatismo, sea del signo que sea, la fortaleza de la unidad; frente a dar la espalda, tender la mano… Hoy la Unión Europea conmemora el Día de las Víctimas del Terrorismo. Es un día para el recuerdo y debería ser el día en que Europa demostrase que verdaderamente está del lado de las víctimas del terrorismo, de todas las víctimas, también de los refugiados.