Lo siento

Es 11 de enero. Quedan 354 días para que finalice el año. Para los chinos soy un caballo. No es que sea un mamífero periosodáctilo domesticado de la familia de los équidos o un herbívoro solípedo de gran porte, cuello largo y arqueado, poblado por largas crines, no. Me refiero a que por haber nacido en el año que he nacido, el horóscopo chino me otorga la categoría de este precioso animal. Que nadie piense que renuncio a mi condición de Libra, cómo hacerlo si dice de mí que soy equilibrada, justa, elegante, sofisticada, seductora e inteligente, pero, al mismo tiempo, no puedo resistirme a que consideren que soy intuitiva, libre, espontánea, pasional, noble, sociable y jovial. Pues bien, para este año a los caballos nos recomiendan que hagamos lo que realmente nos guste hacer, que pensemos más en nosotros mismos y que dejemos de hacer las cosas teniendo en cuenta solo la felicidad de los demás. Lo siento, ya me gustaría a mí no tener que volverme tan egoísta y egocéntrica pero es que mil trescientos millones de personas no pueden estar equivocados. Lo hago, exclusivamente, por ellos, no por mí.