¡Qué orgullo!

Es 22 de enero. Quedan 343 días para que finalice el año. ¡Qué orgullo de país! Ya tenemos 25 españoles entre las mayores fortunas del mundo. En 2017, cuatro nuevos multimillonarios patrios entraron a formar parte del ranking que elabora la revista Forbes de los más ricos riquísimos sobre la faz de la Tierra. Y es que Mariano Rajoy tiene razón cuando dice que en 2107 la economía española logró un fuerte crecimiento y consolidó su recuperación del nivel previo al estallido de la crisis. Cuando la tiene, la tiene, las cosas como son. Lo que se le ha olvidado comentar, o igual lo ha hecho pero no le hemos entendido, que también es posible, es que los beneficios de esa recuperación han ido a parar a las clases sociales más favorecidas. No lo digo por decir, lo dice Oxfam Intermón: el 1% más rico de la población española atrapó el 40% de toda la riqueza creada mientras que en el 50% más pobre solo un 7%; el 10% de los salarios más altos ha acumulado una subida del 15,18% y el 10% de los más bajos ha caído en la misma proporción; los beneficios empresariales han crecido un 8,3% desde 2009 mientras que los sueldos no han recuperado todavía el nivel alcanzado en ese año… En el resto del planeta, más de lo mismo: hay 2.043 personas con una fortuna superior a los mil millones de dólares; nueve de cada diez milmillonarios son hombres; los súper ricos han aumentado su riqueza en 762.000 millones de dólares, cantidad que podría acabar con la pobreza extrema hasta siete veces; el 82% del crecimiento mundial ha ido a parar a manos del 1% más rico, mientras que el 50% más pobre no ha crecido nada; la subida media anual de los salarios ha sido un 2%... ¡Qué orgullo de mundo! Me alegra comprobar que todo sigue igual de desigual, como debe ser para que la cosa funcione. ¡Ah!, por supuesto, feliz lunes.