Pero, ¿qué hemos hecho?

Es 4 de octubre, cuando pasen 88 días habrá terminado el año. Si por algo me da rabia que finalmente ayer no se cumpliera la única posibilidad entre once millones de que el asteroide 2008 FT3 se estrellara contra la Tierra es porque, por lo menos, hubiéramos dejado de escuchar las barbaridades, atrocidades y disparates de la popular Isabel Díaz Ayuso. Hace apenas dos días dije que Madrid no se merecía un alcalde como José Luis Martínez Almeida, y así es, pues bien, indiscutiblemente tampoco se merece a semejante presidenta de la Comunidad. Que conste que no hablo solo de discrepancia política, que evidentemente la hay, es que nos encontramos ante un caso de indigencia intelectual, de insolvencia moral, de incontinencia verbal, de penuria mental y de incapacidad, incompetencia e ineptitud políticas. Y por cierto, tampoco nos merecemos los madrileños y madrileñas a un vicepresidente como Ignacio Aguado ni una vicealcaldesa como Begoña Villacís, ni nos merecimos a Esperanza Aguirre, ni a Ana Botella, ni a Cristina Cifuentes, ni a Ignacio González... Pero, ¡por la mismísima Virgen de la Almudena, por el mismísimo San Isidro Labrador y por los mismísimos San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma!, ¿qué hemos hecho para merecer esto? Esto va a ser un castigo divino por los excesos de los años de la movida, a que sí. Ah, y por supuesto, feliz viernes.

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