Rocíos

Es 29 de octubre, cuando pasen 63 días habrá terminado el año. Parece que el origen de la palabra mafia sigue sin estar claro. Son muchas las hipótesis que circulan por ahí. Se habla de que puede tratarse del acrónimo de la frase Mazzini Autorizza Furti, Incendi, Avvelenamenti, es decir, Mazzini autoriza robos, incendios y envenenamientos, en referencia a Giuseppe Mazzini, promotor de la unidad italiana. Siguiendo con los acrónimos, nos encontramos con el de Morte Alla Francia, Italia Anela, lo que viene a ser, muerte a Francia, anhela Italia, que era el grito de guerra de los sicilianos que se opusieron a la invasión por parte de las tropas del rey francés Carlos de Anjou en 1282. Otras teorías hablan de que es probable que proceda de la antigua expresión toscana maffia que quería decir miseria o que provenga del vocablo árabe mahya, que significa bravuconería, jactancia, chulería. Lo dicho, que a estas alturas de la película, trilogía incluida, sigue habiendo dudas. Pero hablando de otra historia, lo que sí que parece estar más claro que el agua del Canal de Isabel II es que Rocío Monasterio, apellido arquitectónico donde los haya, firmó planos, presupuestos y certificaciones de obra como arquitecta sin tener el título ni estar colegiada, con el consiguiente riesgo de que pudiera haber ocurrido un accidente. Como única respuesta, la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid dice no tener memoria, cosa que ya sabíamos, pero yo, en mi afán de poner freno a la bellaquería y devolver a la política la dignidad que nunca tuvo que haber perdido, le propongo una salida con un poco más de vergüenza y de decencia, le sugiero que se arranque por la Más Grande, su tocaya Rocío Jurado, apellido legal donde los haya, y entone mano en pecho aquello de: “Lo siento mi amor, pero ya me cansé de fingir y pretendo acabar de una vez para siempre esta farsa. Lo siento, lo siento”.