¡Qué casualidad!

Es 16 de enero, cuando pasen 349 días habrá terminado el año. ¡Qué casualidad!, el destino ha querido que el mismo día en el que el popular Juanma Moreno se convertirá en el séptimo presidente andaluz y el primero no socialista, se cumplan 1.090 años de que Abderramán III se proclamara califa de Córdoba, primero de los Omeyas. Según los cronistas de la época, Abderramán llegó a decir que en sus más de cincuenta años de reinado, solo fue auténticamente feliz catorce días. Cuentan que el pobre se pasaba día y noche llorando por las esquinas de palacio y es que padecía una enfermedad mental llamada melancolía involutiva. ¿Que qué es eso de la melancolía involutiva? He consultado y, médicamente, se trata de un subtipo del trastorno depresivo severo. Ahora, si lo que buscamos es una explicación literal, nos encontramos con que melancolía es una “tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que quien la padece no encuentre gusto ni diversión en nada” e involutiva es la “detención y retroceso de una evolución biológica, política, cultural, económica, etcétera”. O sea, que una posible definición de la melancolía involutiva sería: “tristeza profunda y permanente nacida de causas morales y producida por el retroceso de una evolución política”. ¡Qué casualidad!