¡Uníos!

Es 6 de enero, cuando pasen 359 días habrá terminado el año. Si algo representan Sus Majestades de Oriente, además de, por supuesto, la magia, la ilusión y la generosidad, es la precariedad laboral. Parémonos a pensar. Sufren la temporalidad de los llamados fijos discontinuos porque se les contrata todos los años pero solo por un día al año y además en turno de noche. Tienen una única jornada pero maratoniana. Han de hacer largos desplazamientos desde su lugar de residencia a su lugar de trabajo porque el mundo es muy grande. Seguramente estén expuestos a elementos y sustancias peligrosas porque vete tú a saber lo que piden los niños y las niñas de hoy en día. La cortesía de su puesto les obliga a consumir sustancias como anís, coñac y otros licores espirituosos perjudiciales para su salud. Se les exige transporte propio y un uniforme de trabajo que dificulta notablemente sus labores, además de la sobrecualificación, ya que todos ellos son sabios doctores y trabajan como repartidores. No creo que tengan representación sindical y de jubilación, ni hablamos. Es cierto que desconocemos sus condiciones laborales y salariales pero no me extrañaría que cobrasen en negro. La unión hace la fuerza, aunque seáis pocos, concretamente tres, ¡Reyes Magos del Mundo, uníos! También podéis hablar con Papá Noel y así por lo menos seréis cuatro.