Forrest y Mariano

Es 30 de marzo. Dentro de 276 días terminará el año. Es ver a Forrest Gump y acordarme de Mariano Rajoy. No lo digo por aquello de “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”. Ni por lo de “puede que no sea muy listo, pero sí sé lo que es el amor”. Ni siquiera por lo de “tonto es aquel que hace tonterías”. No, no es por nada de eso. Es por lo de “aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo (…) Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo. Cuando tenía sueño, dormía. Cuando tenía hambre, comía. Cuando debía ir, iba.” Quien dice correr, dice andar muy deprisa, ¿no?