Perder y no perder
Es 23 de marzo, cuando pasen 283 días habrá terminado el año. Hoy estoy perdida. He perdido el norte, he perdido los nervios, los papeles y el tiempo, hasta he perdido la cabeza. Pero a pesar de todo no pienso darlo todo por perdido. Nunca hay que perder comba y, por supuesto, nunca hay que perder la esperanza.
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