Alarmismo climático

Es 6 de noviembre, cuando pasen 55 días habrá terminado el año. Afirman los expertos que, “sobre la base de información" que tienen, convendría reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables bajas en carbono; que sería bueno reducir las emisiones de metano, hidrofluorocarbonos y otros contaminantes climáticos de corta duración; que deberíamos disminuir el desperdicio de alimentos; que no estaría mal avanzar hacia una economía que no se centre en la búsqueda de riqueza sino en la sostenibilidad de la biosfera a largo plazo; que sería conveniente estabilizar la población mundial utilizando enfoques que garanticen la justicia social y económica... En concreto, lo aseguran once mil científicos de más de 150 países que han firmado una declaración en la que advierten de un “incalculable sufrimiento humano” motivado por el cambio climático que será inevitable si no se acometen cambios profundos y duraderos que eviten el calentamiento global. Pero que no cunda el pánico, porque dice el gurú de Pablo Casado, José María Aznar, que lo que busca el “alarmismo climático” es “acabar con las sociedades libres”. Y, vamos a ver, ¿quiénes son once mil científicos de todo el mundo para decirle al señor Aznar lo que puede o no puede contaminar, literal y metafóricamente hablando?